Hace 10 años que venimos evaluando resultados de aprendizaje de los alumnos en unas 30 escuelas de gestión privada, en 4 provincias. Repitiendo esa práctica este año, con pruebas comparables, los resultados son similares a los de años anteriores, casi sin diferencias. Se trata de escuelas que han trabajado con sus alumnos a lo largo de la cuarentena.
Este año llegó la pandemia, el Zoom, el Meet, el chat, la transformación de la propuesta educativa de las instituciones. El cambio lo asumieron maestros, padres y madres. Y fundamentalmente, un modo de adaptarse al nuevo esquema de trabajo para los chicos.
Venimos diciendo que lo importante de la pérdida tuvo que ver con la socialización, el vínculo con los docentes y con el mundo social que rodea a los chicos. La hipótesis fue que los alumnos se adaptarían a los nuevos modelos de enseñanza, salvo en las relaciones y en los afectos. Y fue así.
Lo importante de la pérdida tuvo que ver con la socialización, el vínculo con los docentes y con el mundo social que rodea a los chicos
Los informes de este año muestran que este tipo de escuelas han logrado mantener los resultados de aprendizaje de sus alumnos en los mismos términos, aproximadamente, que los años anteriores. Los chicos “sobrevivieron” al Zoom, fueron resilientes, se adaptaron al nuevo esquema y alcanzaron los logros de aprendizaje esperados.
Afectivamente, el golpe fue fuerte, la pérdida de relaciones, las experiencias de juego, de conversaciones, de intercambio de experiencias, han pesado mucho, los tiene angustiados, tristes. En general, el esfuerzo les ha permitido alcanzar los resultados de aprendizaje que se esperaban, de la mano de docentes que hicieron un enorme esfuerzo, de padres que apoyaron el proceso y de instituciones que coordinaron los avances.
El costo para estos chicos que se quedaron sin escuela es muy grande.
Pero del otro lado de la zanja encontramos chicos que no pudieron tener clases, que perdieron los hábitos de trabajo, un año de estudio y de aprendizaje. Para ellos el futuro es incierto, deberán comenzar por construir los hábitos de vuelta a la escuela, adaptarse a un orden, a un esquema de trabajo. El costo en estos casos es mucho más alto, probablemente habría que haber pensado mejor en ellos antes de fijar la cuarentena de sus instituciones, el costo para estos chicos que se quedaron sin escuela es muy grande.
La cuarentena ha sido un duro golpe para el sistema educativo, nos dejará aprendizajes e innovaciones, pero habrá dejado pérdidas que será muy difícil recuperar, en particular en los sectores con mayores necesidades socioeconómicas.
La enseñanza para nosotros es que no hay más tiempo, que no podemos esperar procesos generales, que la pelea es escuela por escuela, con cada grupo y con cada chico. Y aquellos que puedan volver, deben volver, y tenemos que reconstruir vínculos y empezar el trabajo, el histórico, el cotidiano. Y estas decisiones se toman allí, donde la educación ocurre y no en los ministerios.
Vuelvo a ver las pruebas de las 30 escuelas que evaluamos, lo que los chicos, docentes y padres han hecho es impresionante, han salido adelante en una situación muy difícil. Habrá que recuperar pero con aprendizajes que se han logrado.
Pero los que no han podido trabajar este tiempo son los chicos con más dificultades sociales y afectivas. Los adultos debemos pensar en ellos, dejarnos de frases grandilocuentes y ponernos a trabajar sin perder tiempo. Sin burocracias, ayudándolos a salir.