Docentes y directivos cuentan cómo organizan la ventilación. Ante la falta de abrigo, el frío preocupa a los educadores. En algunos colegios, se hacen colectas para repartir camperas.
“En nuestro colegio tenemos muchos vidrios rotos. O sea que sí o sí hay ventilación”.
Con estas palabras y en tono de sorna, Karina Ferreyra, de la primaria Juana Azurduy, habló con La Voz de la situación que atraviesan los colegios. Además, marcó ciertos defectos estructurales que arrastran las escuelas. Durante su relato, describió los avatares de ser educadora presencial en pandemia y con bajas temperaturas.
Las ventanas permanecen abiertas, contó, pero no del todo. Aunque las aulas dan a una galería cerrada que tienen puertas abiertas y portones, para garantizar la ventilación cruzada. Pero este miércoles, que hizo un día de frío, las puertas permanecieron cerradas. La educadora cuenta que hay merma en la asistencia en los días de frío y de lluvia.
“Hoy es el primer día de frío, así que no sabemos cómo va a impactar lo de las aulas ventiladas. Los chicos están abrigados, pero no se pueden hacer actividades en movimiento. Nos vamos manejando”, explicó.
Ferreyra detalló que cuando hay bajas temperaturas los padres no envían a sus hijos a la escuela. Sin embargo, destacó que el colegio tiene todos los elementos disponibles para la higiene. Y esto incluye el uso de barbijos, tanto en los chicos como en el personal.
ABRIGOS
Ana María es directora de la escuela secundaria de barrio Ciudad de los Cuartetos. “Las ventanas permanecen abiertas y tratamos de continuar con estas medidas. Los padres están respondiendo muy bien. Es más incómodo porque les pedimos a los chicos que no se saquen las camperas, pero bastante bien porque no hubo bajas entre los niños”, dijo.
Cuando hay un niño que no tiene abrigo suficiente, dijo, los miembros de la comunidad se ponen en acción para ayudar al estudiante. Pero hasta ahora estos han sido casos aislados.
La autoridad institucional dijo que todavía no han llegado los fríos más intensos. No obstante, el personal hace hincapié constante en la cantidad de abrigo que deben tener puesto los niños.
JARDÍN DE INFANTES
Virginia Ludueña, con una realidad muy distinta, está al frente de la dirección del jardín de infantes de Collegium. “Estamos tratando de solucionar qué medidas vamos a tomar. Sabemos que tienen que estar las aulas ventiladas, pero parece que no está permitido el uso de calefacción. Estamos en contacto con los papás y les pedimos a los niños que vayan abrigados”, comentó aún con ciertas preocupaciones.
Ludueña dijo que están en una etapa preliminar, en la que aún no se conoce el protocolo. Y las autoridades del colegio aún analizan el cuerpo de medidas que van a asumir. “Sabemos que en otros niveles los alumnos más grandes pueden llevar una manta para abrigarse. Pero va a ser dificultoso”, opinó.
DOS REALIDADES EN CONTRASTE
Patricia es directora de la escuela Dr. René Favaloro. Comentó que por estos días los chicos van con mucho abrigo. Pero, además, desde el colegio le piden a los parientes que donen una prenda para que sea aprovechada por aquellos niños que no tienen.
“Los padres no dejan de mandar a los estudiantes al colegio. Pero más que el abrigo, lo que complica es la caja de Paicor. Es muy limitada, contando los días presenciales. Como tengo burbujas por semana, cada mes y medio se entrega la caja que no alcanza ni para una semana”, lamentó.
Hay chicos, dijo, que llegan con hambre. No se puede compartir la merienda, ni hay kiosco, ni se puede compartir la merienda. “Con el frío, el hambre va a ser peor. Si tanto se insiste con que la presencialidad es lo importante, los gobiernos saben que lo importante es que el comedor esté abierto”, pidió.
Además, planteó que el frío es “insoportable”. “El baño con agua caliente es reconfortante. Pero las mamás tienen que calentar agua para los estudiantes y no se bañan con tanta asiduidad. El frío les queda como penetrado. Los maestros no nos podemos acostumbrar a esto”, expresó embargada por la tristeza.
También se preguntó cuáles son las razones de sostener la presencialidad en estas condiciones. Y dijo que por estos días se vive con dolor una dura realidad: “las maestras vamos muy abrigadas pero el frío nos hace mal. El que no se enferme de Covid-19 se va a enfermar de otra cosa”, advirtió.
Por otro lado, mencionó que las medidas de cuidado hacen que “la escuela no sea nada amorosa”. “El recibimiento con el alcohol y la medida de la temperatura con la pistolita, que no se puedan acercar los maestros, es una serie que hace que la escuela no sea amorosa”, reflexionó.
Gonzalo es tutor de un curso en una secundaria de gestión privada de la zona norte de la ciudad. Lejos de la realidad que vive Patricia en su escuela, contó que la ventilación en su colegio es buena, dado que las aulas tienen grandes ventanales y puertas dobles, enfrentadas. “Esto facilita la ventilación cruzada. Las ventanas no se cierran durante la jornada y se les pide a los chicos que salgan del aula en los recreos para ventilar el ambiente”
El preceptor contó que los padres no cuestionaron las dinámicas adoptadas para resguardar la salud. “Los estudiantes vienen muy abrigados al colegio y son conscientes de que debe estar todo abierto y no hacen problema por eso. Contamos con un sistema de calefacción en las aulas, pero no se utilizan, por el momento la única calefacción son los abrigos que los chicos traen”, dijo.
Fuente: La Voz