Lic. y Prof. Pamela Budimir
Directora del ISFD Parroquial San José
Córdoba, 29 de mayo de 2021
Si hay algo en lo que todos coinciden, es en que después de lo vivido, “no volveremos a ser los mismos” (Dussel, I. Ferrante, P. y Pulfer, D., 2020, pág. 11); este tiempo de pandemia y lo transcurrido modificó las instituciones educativas, alteró la vida de docentes y estudiantes, desafió las propuestas pedagógicas, alteró los tiempos, los espacios, profundizó las desigualdades.
¿Qué sucedió en los Institutos de Formación Docente (ISFD)? ¿Cómo impactó en las prácticas de formación de los futuros docentes? Alejandra Birgin (2020) ayuda a expresar lo sucedido, a describir aquellos puntos en común, aquella realidad que se compartió. En el año 2020 el Aislamiento Social Preventivo Obligatorio irrumpió cuando se transitaba el Seminario de Ingreso y el inicio del ciclo lectivo para el resto de los años de la carrera, y desafió a los equipos de gestión y de docentes “a trabajar para diseñar un tiempo (sin precisión) de formación no presencial. Lo hicieron desde condiciones heterogéneas, en algunos casos muy adversas a los desafíos que plantea el nuevo contexto (…) El aislamiento intensificó las tareas de las instituciones formadoras (con sus pliegues, intersticios y también desacuerdos), se debió buscar tecnologías adecuadas para el distanciamiento social obligatorio que, a su vez, permitieran abordar la diversidad de situaciones que su especificidad les planteaba: formar docentes, es decir, formar adultas y adultos que se deberán responsabilizar de la transmisión social de las culturas a las nuevas generaciones” (Birgin, 2020, págs. 191-192).
El trabajo describe claramente la situación que tanto estudiantes y profesores debieron enfrentar ante la virtualidad masiva y forzada, ante los cambios de condiciones que, en muchos casos, generó una gran deserción (“Yo me inscribí en una carrera presencial”).
La intención de estas palabras no es detenerse a describir una realidad que todos conocen, que todos han transitado y que mucho se ha hecho por revertir, para enfrentar las viejas y nuevas desigualdades de accesibilidad a materiales y herramientas que facilitaran el estudio remoto.
Frente a esa realidad, los ISFD, al mismo tiempo, plantearon cuestiones de orden pedagógico y didáctico, ¿es posible formar a los futuros docentes en este contexto? ¿Es posible desarrollar las prácticas y residencias en escuelas sin edificios? ¿La formación recibida, preparó a los practicantes para asumir este desafío? “Una de las cuestiones más fascinantes del trabajo en la formación docente es que construye, al mismo tiempo, las aulas de hoy y las aulas del mañana; las aulas en las que se estudia en el presente son espacios en donde se forjan las aulas por venir” (Birgin, 2020, pág. 197).
La pandemia precipitó, acortó esa brecha entre el hoy y el mañana, nos acercó a ese futuro tan temido y deseado, a ese futuro augurado por muchos y, para otros, imposible de imaginar.
Lo vivido se impuso y estableció el tiempo para re-pensar la formación docente. Ésta ya no volverá a ser como antes, no se puede ignorar la experiencia vivida en 2020 con estudiantes de Práctica Docente (PD) III y IV, que asumieron sus prácticas y residencias en la virtualidad, que pusieron en juego conocimientos adquiridos en la formación y construyeron otros, junto a los profesores del equipo de práctica y a los docentes co-formadores, al mismo tiempo en que se llevaba adelante la práctica.
Fue un año en el que las alternativas tecnológicas fueron la clave para hacer frente a la pandemia, al distanciamiento social y preventivo, al cierre de los edificios escolares. El año pasado trajo como oportunidades: aprender sobre las bondades de las tecnologías de la información y la comunicación, conocer nuevas herramientas y estrategias de trabajo junto a colegas y a estudiantes, entender la virtualidad como un espacio de encuentro y construcción, etc.
Venía tomando tiempo el desarmar las prácticas tradicionales, fue este momento histórico el que se impuso e impulsó a cambiar, a entender que era necesario ese cambio. Desde el año pasado, los ISFD tensionan, discuten, construyen junto a sus estudiantes y a las escuelas asociadas los nuevos desafíos que enfrentan las prácticas de la enseñanza.
Al mismo tiempo…
Para pensar la experiencia vivida, transitada y que se transita en los ISFD, se presenta en esta oportunidad una idea desarrollada por Mariana Maggio (2021) “al mismo tiempo”. Esta categoría la toma prestada de Alessandro Baricco, quien plantea en su libro “The Game” (2018), que vivimos simultáneamente en dos mundos, uno físico (el mundo) y uno virtual (el ultramundo), experiencia que es propia de este tiempo. Ella sitúa el análisis en cómo diseñar propuestas educativas, experiencias pedagógicas pensadas “al mismo tiempo” desde los físico y lo virtual.
Para ello, es necesario definir nuevos marcos que permitan transitar estos tiempos de pandemia pero que también sirvan para pensar en los nuevos desafíos. Mariana Maggio plantea “mi intención es ir más allá y presentar uno para reinventar la educación capturando las oportunidades que se abrieron en estos tiempos de pandemia” (Maggio, 2021, pág. 108)
Su libro “Educación en Pandemia”, en un primer apartado describe la realidad con escenas del 2020 para identificar situaciones, preguntas recurrentes y reconocer aquello que se aprendió; en un segundo apartado, busca generar un marco de referencia provisorio para revisar los modos de pensar y hacer la enseñanza; y cierra, con una guía orientada “para poder andar y seguir adelante”.
La invitación es a pensar en propuestas que sucedan “al mismo tiempo”, en el mundo físico y virtual. Afirma que aun cuando la experiencia física sea posible, la del mundo virtual tiene que ocurrir, porque ya ha pasado, porque ya se ha tenido que recurrir a lo virtual y porque no se puede volver el tiempo atrás. “Es una idea simple que nos permite abrazar la complejidad de los fenómenos culturales que vivimos y de los objetos de conocimiento que necesitamos comprender desde nuestras prácticas educativas” (Maggio, 2021, pág. 110). Interpela al afirmar que vivimos en dos mundos y que los conocimientos se construyen del mismo modo.
Es necesario repensar las prácticas educativas “como creaciones originales que van entretejiendo lo viejo y lo nuevo” (Maggio, 2021, pág. 116), en dos dimensiones, la de las transformaciones y la de las producciones[1].
Otro punto de reflexión u otra dimensión (no la última), que se desprende de su marco de referencia provisorio, son los encuentros, el valor del encuentro virtual sincrónico o presencial, pero recuperando su sentido, revisando el valor que tendrá para todos, planificando que sea un momento que valga la pena. Propone pensar en encuentros de experiencia, diálogo y creación.
El desafío
Las disposiciones ministeriales este año encuentran a los ISFD en otro lugar, con un camino transitado, con malas y buenas experiencias, con nuevos saberes construidos, con entornos virtuales definidos, con escenarios conocidos, con registros que permiten plantear reglas de juego más claras a estudiantes y profesores.
Es momento, como plantea Birgin, de “volver a mirar, a dialogar con viejas categorías y experiencias, a la vez que a construir otras nuevas para pensar la enseñanza y la formación” (Birgin, 2020, pág. 198).
La invitación es animarse a pensar, al mismo tiempo: las relaciones pedagógicas en el aula y mediadas por las tecnologías; las propuestas didácticas para el aula y los escenarios remotos; los encuentros presenciales y virtuales; los encuentros virtuales sincrónicos y asincrónicos; la comunicación sincrónica y asincrónica; las propuestas de trabajo individuales y colaborativas. “La alternativa propuesta explora la hipótesis de una variabilidad de escenarios y el armado de una fórmula flexible de atención a esas situaciones. Se trata de preparar a escuelas, docentes y familias para una opción que integra lo presencial y lo remoto y cambia las ecuaciones de manera constante entre la escuela física y lo virtual” (Dussel, I. Ferrante, P. y Pulfer, D., 2020, pág. 358).
El desafío implica un compromiso, la confianza en el trabajo realizado, la búsqueda y profundización de nuevas alternativas, de nuevos marcos de referencia, esta es la oportunidad para investigar, imaginar y combinar escenarios, desplegar diversos modos de concebir la enseñanza, el aprendizaje, la formación… la invitación queda abierta a pensar(nos) al mismo tiempo.
Bibliografía
- Birgin, A. (2020). Emergencia y pedagogía: la cuarentena en los institutos de formación docente. En I. F. Dussel, Pensar la Educación en tiempos de pandemia. Entre la emergencia, el compromiso y la espera. (págs. 189-200). Buenos Aires: UNIPE.
- Dussel, I. Ferrante, P. y Pulfer, D. (2020). Pensar la Educación en tiempos de Pandemia. Entre la emergencia, el compromiso y la espera. Buenos Aires: UNIPE.
- Maggio, M. (2021). Educación en Pandemia. Guía de supervivencia para docentes y familias. Buenos Aires: Paidós.
- Universidad Nacional de Luján. (s.f.). Imagen recuperada en mayo de 2021, de http://www.dptoeducacion.unlu.edu.ar/
[1] Para profundizar leer “Las producciones como motor”, en Maggio (2021).