Como Pastoral Social de la Arquidiócesis de Córdoba nos apena y duele que se insista con un tema que divide tanto a los argentinos y que, además, fue tratado, debatido y estudiado largamente en el Congreso de la Nación hace poco tiempo. ¡Pareciera que nada de ese esfuerzo de diálogo democrático hubiese importado! Pero además, llevamos nueve meses atravesando una pandemia. ¿Esto no nos dice nada a la hora de establecer prioridades? Pareciera que no.
La posición de la Iglesia es clara al respecto y no tiene que ver con una cuestión que se minimiza al ámbito “doctrinal” o “religioso”. Tiene sus raíces más hondas en relación con los derechos humanos; sobre todo con el primero, el derecho a la vida. Si no respetamos el valor de toda vida, de toda la vida, los otros derechos tan declamados socialmente no se pueden garantizar. Como se dijo en más de una oportunidad: “Para que haya libertad, tiene que haber vida.”
El valor de toda vida y la unidad por sobre la división.
Es por todos sabido y experimentado que estamos atravesando una situación social y económica muy difícil e inédita. El Covid -19 nos está afectando por todos los frentes. A esto, se agrega los históricos virus de la corrupción y de la anomia. Los argentinos en estas últimas décadas nos hemos empobrecido, especialmente jubilados y desocupados, golpeando duramente a los sectores de la clase media y los más vulnerables. La sociedad está fragmentada y esto hace que nos cueste salir como Nación. Estos gritos silenciados por el dolor y la angustia ¿no son los nuevos abortados? Por eso nos preguntamos seriamente: ¿A esta tragedia de tanta pobreza, dolor y desencuentro le vamos a agregar otra fuente de división y enfrentamiento?
La pandemia nos está haciendo valorar mucho más la vida y lo esencial de la vida. No se entiende que algunos funcionarios del Estado digan discursivamente que “lo principal es la vida”, “cuidar la vida”, “especialmente la de los más vulnerables” y se proceda de modo contrario. ¡Cuánto dolor, cuánta tristeza, cuánta incoherencia!
Nos unimos al esfuerzo de muchos argentinos que trabajan por el diálogo y la unidad, esa es la meta de una Patria con grandeza; para eso, tenemos que encontrarnos en aquello que nos une, no en lo que divide.
Nuestra convicción es “vale toda vida”, desde la concepción hasta su fin natural, por eso valoramos a los que luchan por vivir, a los médicos, al personal de salud, y a tantos conciudadanos que se esfuerzan denodadamente por salvar otras vidas.
Lamentamos profundamente que se insista con un proyecto en el que el Congreso ya se expresó y además se lo haga en un momento tan desafortunado.
Como el mismo Francisco lo dijo, “de una crisis como la que atravesamos se sale siendo mejores o peores personas”. ¿Cómo saldremos de esta crisis los argentinos?
PASTORAL SOCIAL ARQUIDIOCESANA.
IGLESIA CATÓLICA EN CÓRDOBA.
Córdoba, 18 de noviembre de 2020.
Fuente: Arquidiócesis de Córdoba