¿Cómo sería el formato para el secundario? Lo que ya no hay ninguna duda es que será dual para el Ciclo Orientado: es decir, cuatro horas diarias presenciales y el resto, de manera remota.
En el caso de las escuelas técnicas se habla sólo de un formato presencial de cuatro horas y de tutorías virtuales y presenciales para las tareas en el hogar.
La mayor controversia en las técnicas está relacionada con las materias prácticas que, en principio, no se dictarían de la manera tradicional ya que implica contacto estrecho en el taller y uso de elementos comunes difíciles de desinfectarse cada vez que se usan en una clase.
En todos los casos (Orientada y Técnica), se prevén tres asignaturas estructurales que mantendrán su carga horaria original, completa y presencial: Matemática, Lengua e Inglés.
Con el resto de las materias se trabajará por áreas; por ejemplo, de Ciencias Sociales (Historia, Geografía y Formación para la Vida y el Trabajo), de Ciencias Naturales (Química, Física y Biología) y, aunque no está aún claro, habría una rama para las artísticas.
Todas las asignaturas tendrán alguna hora presencial.
Respecto al trabajo por áreas, se prevé una planificación en común y la compresión de las horas habituales presenciales frente al alumno. Se rotarán los grupos por semana, aunque siempre en el mismo turno (si el horario es a la mañana, por caso, la presencialidad y la virtualidad se ejecutarían siempre en ese momento).
A modo de ejemplo: Historia dictaría al grupo “A” presencial una semana y virtual al grupo “B” la semana siguiente. En paralelo, el profesor de Geografía dará educación remota al grupo “A” la primera semana, y presencial al grupo “B” la segunda. Hasta ayer, el esquema final no estaba listo pero se perfilaba en este sentido.
El trabajo por área para integrar conocimientos siempre fue un objetivo tentador, pero las experiencias que se ensayaron en los últimos años, no funcionaron.
Si se lo logra en esta coyuntura, sería un legado positivo para el regreso a la normalidad.
Por otra parte, los técnicos que trabajan en el diseño del formato creen que la presencialidad ordenará el trabajo de los docentes que el año pasado flexibilizaron hasta el extremo su horario laboral, trabajando más horas y hasta recibiendo y respondiendo consultas los fines de semana o en horario nocturno.
La organización no será fácil y, además, deberá consensuarse ya que muchos docentes tienen horas cátedra en más de una institución.
Lo que parece inevitable es que la forma que se escoja va a mover la jornada laboral de los docentes por lo menos en el diseño que tenía al momento del contrato laboral.
En otras palabras, el docente que estaba acostumbrado a tener dos horas de Lengua los lunes y tres los miércoles, quizá tenga que mover los días, aunque en este caso, por ser considerada troncal, siempre será presencial.
Lo que nadie parece dispuesto a resignar este año es la duplicación de trabajo por el mismo sueldo.
Garantizar cobertura
El Ministerio de Educación no confirmó todavía si se van a cubrir las suplencias de cargos y horas cátedra. El año pasado no se realizaron coberturas y hubo asignaturas que estuvieron sin docentes durante todo el año. Una de las más críticas fue la cobertura de horas de Inglés, que ahora también será central y ciento por ciento presencial. Con lo cual, las escuela esperan que se garanticen los docentes necesarios en el aula.
En relación a las escuelas técnicas que sólo tendrían educación presencial, se prevén tutorías virtuales una vez a la semana en horarios pactados previamente.
La cantidad de tutorías se correspondería con el número de grupos que se armen según la realidad de cada escuela. Los chicos que no tengan conectividad en su hogar, podrían utilizar las instalaciones de las escuelas en esos horarios.
Una nueva realidad educativa
Las escuelas que aún no tienen definiciones sobre los formatos están preocupadas en tener precisiones sobre qué personal garantizará el cumplimiento del protocolo para el retorno a las aulas: quién controlará la entrada, tomará la temperatura, vigilará los baños, atenderá el recreo, entre otras nuevas actividades.
Los docentes se reincorporan a las aulas el día 17, momento en que termina la licencia anual por vacaciones. Sin embargo, los directivos de muchas escuelas ya están trabajando en la reinserción de alumnos y otros serían convocadas esta semana para comenzar a organizar el año.
Mientras tanto, hay dos etapas de ensayo. El retorno el miércoles pasado de un grupo de alumnos que se desconectaron de la escuela el año anterior, y el regreso de los cursos de los últimos años de cada nivel el 19. Será un año de cambios, muy dinámico, donde nada será lineal ni general. No todas las propuestas servirán a la totalidad de las escuelas.
Por ahora, hay muchas dudas. ¿Cómo se cubrirán los cargos de los docentes que se enfermen y consensuarán acuerdos de trabajo? ¿De qué modo se resolverá la movilidad de los docentes del interior con un transporte con frecuencias reducidas? ¿Cómo se trabajará con los alumnos con discapacidad integrados a escuelas comunes? Para esas, y otras preguntas, todavía no hay respuesta.
Lo concreto es que este año nacerá una nueva realidad educativa donde muchos temen que la calidad y la cantidad de los aprendizajes salgan lesionadas. Se trabajará con los contenidos prioritarios, al igual que en 2020 y no con el programa completo.
Además, sobrevuela la idea de cambios en la manera de evaluación de los alumnos; esto es, ensayar nuevas formas que vayan dejando de lado a las calificaciones numéricas. Todo está por verse.
Realidad individual. La mayoría de los colegios hace ya varios días que vienen planificando el regreso a las aulas, sobre la base de las directivas oficiales, pero adecuándolas a sus propias realidades particulares.
Hay escuelas que cuentan con aulas amplias y pocos alumnos, y otras con espacios de clase reducidos y muchos estudiantes. Cada establecimiento definirá la manera de dictar clases de manera de cumplir con los protocolos sanitarios que se han definido oficialmente. Igual, todas seguirán un esquema mixto de presencialidad y clases a distancia.
Fuente: La Voz