El divulgador español, maestro de maestros y uno de los referentes más importantes de la actualidad, habló en la jornada “Imagina la educación” que organizó Ticmas en la ciudad de México. Este martes dará una conferencia en Monterrey
Sábado por la mañana. El Paseo de la Reforma estaba convulsionado por el desfile de las tiendas departamentales más grandes de México, con el que se promocionaban las ventas navideñas. Pero allí, a menos de cien metros de los inflables gigantes con la forma del Oso Bolo, Santa Claus y Darth Vader, una notable cantidad de docentes se reunían en una de las salas de convenciones del Hotel Marquís, para dedicarse a pensar los desafíos y las oportunidades de la educación.
Con el lema “Imagina la educación”, la jornada estuvo organizada por la experiencia educativa Ticmas y tenía como objetivo dar a conocer las tendencias y las herramientas que ayudaran a renovar el liderazgo educativo.
A lo largo de la mañana se abordó la reforma de la Secretaría de Educación Pública, el papel imprescindible que tienen los líderes que llevan adelante la gestión institucional, la metodología del Aprendizaje Basado en Proyectos, etc.
Participaron, entre otros, Juan Alfonso Mejía López (ex Secretario de Educación Pública y Cultura en el estado de Sinaloa), Sebastián Guevara (investigador educativo en Minerva Project), Aaron Wornovitzky (ex presidente del Consejo de Educación Judía de México y actual director de la Prepa W), Laura María Ramírez Mejía (directora de activación de Mexicanos Primero), María Artemisa Sangermán Jiménez (Directora de Departamento Académico de Español y Literatura del Tec de Monterrey), John Kelly (director del Colegio Ikigai), Flor María Ramírez Mejía (Coordinadora de Desarrollo de Capacidades).
El cierre estuvo a cargo del brillante Pepe Menéndez, divulgador, maestro de maestros y asesor educativo con más de cuarenta años de experiencia en aula.
Escuelas que valgan la pena
“La escuela debe ser un lugar para la esperanza”. La primera frase de Pepe Menéndez —con cierta resonancia de las ideas de Paulo Freire— fue un llamamiento a que la escuela se convierta en el territorio desde donde hacer frente al desconcierto y la fragilidad. “Hemos pasado de la urgencia del hambre a la urgencia del bienestar emocional”, dijo al hablar de la salida de la pandemia, y más adelante mencionó un hecho clave en ese camino: “Del derecho a la educación hemos pasado al derecho del aprendizaje”.
La responsabilidad de la escuela y de los maestros, entonces, es la de crear contextos propicios para el aprendizaje. La educación presencial, que fue un reclamo continuo durante los tiempos de la cuarentena, no es, dijo, garantía de nada. Como todos los grandes descubrimientos —del fuego al rayo láser—, la presencialidad tiene dos caras: puede sostener la estigmatización de los estudiantes en un sitio que nada tiene que ver con ellos, pero también puede ser la palanca más valiosa para el proceso de rehumanización.
La escuela tiene la potencia de convertirse en el ámbito de las interrelaciones personales, un terreno de espacios y tiempos propios, una ventana a nuevos conocimientos, un pilar en la construcción de la propia identidad. Pero para eso, es necesario pensar qué modelo de escuela queremos. “La principal dificultad para cambiar es el techo de cristal que limita nuestras creencias”, dijo Menéndez. Algo que tal vez pueda quebrarse con capacitación y formación docente, y trabajo entre pares: “Creer que se puede aprender solos es de necio, egoísta e insolidario”, dijo tajante.
Hacia el final de la charla, dejó una última reflexión: “Hay que atreverse a implementar nuevas propuestas a pesar del vértigo que produzcan, y de las propias inseguridades”. Y con una frase de Paulo Freire que le daba al educador el doble rol de maestro y aprendiz, afirmó: “La innovación es un instrumento para conseguir la educación que soñamos”.
Imagina la educación
La próxima jornada del ciclo “Imagina la educación” será este martes, 15 de noviembre, desde la nueve de la mañana en la ciudad de Monterrey. El encuentro se realizará en la “Sala Borregos” del Estadio Banorte, en el campus del Tecnológico de Monterrey.