Nicolás Bracciaforte
Representante Legal – Inst. Ntra. Sra. del Rosario del Milagro
¿Es la misma tu vida rezando que no haciéndolo? ¿Un día que lo empezaste en oración, es igual a un día que lo largaste sin oración?
El método de oración de San Ignacio adaptado por el P. Leonardo Nardín, S.J.* nos interpela desde hace un tiempo. Como padres, docentes y como Escuela, fueron preguntas como las apuntadas las que evidenciaron nuestra falta en una dimensión esencial a toda religión y connatural al ser humano: la oración… Y no porque desconozcamos sus respuestas, sino precisamente porque las conocemos bien.
Una vez escuché a una profe de Catequesis que, cansada de ver pocos frutos en su misión, le repetía medio en broma y medio enserio a una colega: “No importa… Mientras existan pruebas de matemáticas los chicos no van a dejar de rezar”. Me sonreí. La esperanza es lo último que se pierde.
Este año atípico descubrimos que dentro de la tradicional jornada escolar son escasos los momentos de oración, y que los que hacíamos no bastan para lograr una relación más profunda con nuestro “Señor y Criador”, al decir de San Ignacio.
¿Sabemos rezar? ¿Dedicamos tiempo a enseñar a rezar? Todavía hablo de mi pobre experiencia, pero constaté no pocas veces que el vacío que dejamos en ese terreno es ocupado con prácticas de yoga, reiki, mindfulness y budismo unos años después.
Padres: ¡bienvenidos! Chicos ¡a rezar!
El método del P. Nardín propone una dinámica de alumnos, padres y catequistas que, a través de un manual práctico promueve la oración personal y comunitaria en las escuelas.
Imaginemos lo siguiente: un papá o una mamá que entra cada mes a la Capilla del cole (u otro lugar preparado) e invita a los chicos a encontrarse con el Señor; cosa que hará sin mayor Teología que la de su ser madre y la de seguir con piedad el Manual**.
“Moisés y la zarza”, “Salomón pide sabiduría”, “La parábola del sembrador”… Ésas son sólo algunas de las previstas en la sistematización, que comprende todos los grados del nivel Primario. ¿Resultados? ¡Por todos lados! Padres felices de “ser parte” en la propuesta educativo – pastoral; directivos y docentes satisfechos de ver que sus alumnos se expresan con libertad en cuestiones hondas, y alumnos que comprenden la dimensión de las cosas “sagradas” en sus vidas; el valor del hermano; el diálogo con un Dios cercano, la apertura a la interioridad, en fin… Tres sujetos que en una misma comunidad se unen luminosamente para una sola cosa: conocer juntos al Dios trino para amarlo y seguirlo.
Decía Santa Teresita: si hablar de Dios es bueno, tanto mejor es hablar con Dios. ¡Qué tesoro descubrimos al hacerlo de esta manera! ¡Gracias San Ignacio por tus Ejercicios, gracias Brochero, Madre Catalina de María Rodríguez y a tantos otros por difundirlos, y gracias por aquellos que nos alientan a profundizar nuestra Fe desde la oración!
* El P. Leonardo Nardín SJ es el Delegado para el Sector Educación de la Compañía de Jesús en Argentina y Uruguay.
** Si desean conocer más: http://oracion-ignaciana.blogspot.com/