Con sede en La Plata, se llevó a cabo del 7 al 10 de octubre el Encuentro Nacional del Orden de las vírgenes 2022. Hubo celebraciones, momentos de adoración Eucarística, e intercambio de experiencias.
La arquidiócesis de La Plata fue sede, del 7 al 10 de octubre, del Encuentro Nacional del Orden de las vírgenes 2022, que en esta oportunidad tuvo como lema: “Con María caminamos hacia una Iglesia sinodal”.
Acompañaron el encuentro el arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández; los obispos auxiliares, monseñor Alberto Bochatey OSA y monseñor Jorge González; el obispo auxiliar de Corrientes, monseñor José Adolfo Larregain OFM; y monseñor Alberto Meroni, sacerdote.
El encuentro se llevó a cabo en la casa de retiros “Solaz de María” de las Hermanas de Schoenstatt, ubicado en Florencio Varela, y comenzó en la tarde del viernes con la celebración de la misa y vísperas, presidida por monseñor Larregain. Después de la cena, se llevó a cabo la bienvenida, presentación del encuentro y un momento mariano sinodal, donde cada diócesis se hizo presente con su advocación mariana, haciendo una breve referencia.
A continuación se rezó un rosario luminoso como ofrecimiento, signo de la preparación realizada para el encuentro, que consistió en el rezo del rosario una vez al mes por Zoom, con la participación de las hermanas de las diócesis.
A lo largo de tres conferencias, monseñor Bochatey resaltó la importancia del vínculo de amor en el sínodo: “No hay sinodalidad si no nos amamos”, afirmó. Como dice también el papa Francisco, “Estamos llamados a amar y servir también en sus contradicciones al mundo en que vivimos, es la misión de la Iglesia a la que debemos cooperar, lo que implica una conversión personal y comunitaria que nos haga ver las cosas como las ve el Señor“.
También se trabajó en un taller denominado “El rostro de María y la virgen consagrada en el Camino Sinodal”, destinado a contemplar las características de María, y a través de ellas, descubrir cómo vivió en la sinodalidad, la comunión, la participación y la misión. De ese modo, se tradujo cómo la virgen consagrada, a semejanza de Ella, puede vivir en los ámbitos laborales, familiares, profesionales, de oración. Una hermana del Instituto Secular de Schoenstatt, hermana de María, dio un testimonio introductorio.
Se compartieron celebraciones de Laudes, Vísperas, momentos de adoración eucarística. También espacios para intercambiar experiencias de vida y de misión, enriquecedoras para todas.
El domingo, las participantes del encuentro tuvieron una visita guiada en la catedral de La Plata, y luego la celebración de la Eucaristía presidida por monseñor Fernández, con la renovación de la consagración virginal.
La jornada continuó en el Seminario Mayor San José, que celebra 100 años. El rector del seminario, presbítero Andrés Migliano, las recibió fraternalmente y monseñor Alberto Meroni ofreció una breve reseña histórica. En el teatro del lugar se compartió una bellísima representación musical a cargo del grupo Filokalia, sobre la beata Sor María Ludovica. El día concluyó con la celebración de vísperas y un fogón en la casa de retiro, en un clima de alegría fraterna.
El encuentro finalizó el lunes con una misa presidida por monseñor Bochatey. Allí se ofreció lo vivido con el signo de una lámpara y una palabra. Luego de la acción de gracias, las vírgenes se consagraron a María. Y antes de la bendición final, se efectuó el pase de la custodia de la lámpara, símbolo de fidelidad y perseverancia en la fe viva, activa, en el espíritu de caridad y entrega a Jesús, a la arquidiócesis de Buenos Aires, que será sede del próximo Encuentro Nacional de las vírgenes.+